El Hospital Regional de Iquique atraviesa una situación crítica que afecta gravemente la atención de pacientes y la operatividad de los servicios de emergencia. Durante una reciente entrevista en el programa La Voz de Tarapacá de Radio La Mega 102.7, Roberto Eloy, dirigente y funcionario del hospital, denunció un grave déficit de ambulancias, problemas de mantenimiento y cuestionó la gestión administrativa del recinto hospitalario, alertando sobre el riesgo que esto representa para la comunidad.
Deficiencia en ambulancias y riesgo vital
Según Eloy, el hospital debería contar con seis ambulancias gubernativas, pero actualmente solo una se encuentra operativa. Esta limitación obliga a reforzar los traslados con vehículos municipales y ambulancias de consultorios, dejando a otras áreas sin capacidad de respuesta ante emergencias. El dirigente enfatizó que esta situación no es aislada, sino que se repite de manera recurrente y ya ha tenido consecuencias graves: un paciente con problemas cardíacos esperó varias horas por una ambulancia y falleció, situación que su familia estaría evaluando llevar a instancias legales.
Eloy alertó sobre la vulnerabilidad que esto genera ante accidentes o emergencias masivas. “Si un bus con 20 o 30 pasajeros sufre un accidente, ¿qué pasará?”, señaló, destacando que el hospital no tiene capacidad para responder y que se depende de vehículos improvisados, dejando a los pacientes sin atención o con retrasos críticos.
Problemas en el mantenimiento de ambulancias
La crisis también se extiende al mantenimiento de los vehículos, que no se realiza en concesionarias autorizadas sino en talleres externos, algunos con deudas pendientes. Esto provoca la pérdida de garantía de las ambulancias y pone en riesgo su seguridad. Eloy relató que incluso se ha reparado una ambulancia de emergencia en plena calle, lo que evidencia la precariedad del sistema y la falta de protocolos mínimos de seguridad para los pacientes y el personal sanitario.
El dirigente también denunció posibles amiguismos y contratos irregulares con talleres, asegurando que se priorizan relaciones personales por sobre el profesionalismo y la seguridad de los pacientes.
Crisis financiera crónica
El hospital enfrenta además un déficit financiero estructural. Cada año necesita solicitar entre 8.000 y 10.000 millones de pesos adicionales al Gobierno Regional para cubrir sus gastos y garantizar operaciones hasta fin de año. Según Eloy, esta situación es recurrente: el año pasado, por ejemplo, el hospital ya no contaba con recursos en junio, evidenciando problemas de planificación y administración que se repiten año tras año.
Mientras tanto, se han detectado ambulancias y vehículos nuevos guardados sin uso durante meses, algunos por más de seis meses, lo que genera un contraste con la urgencia de los problemas diarios que enfrentan pacientes y funcionarios.
Mala gestión y cuestionamientos administrativos
Eloy cuestionó la gestión del personal administrativo y la asignación de recursos, denunciando que se priorizan contrataciones innecesarias y que el hospital funciona como un “botín político”, con decisiones orientadas a intereses particulares más que al bienestar de la comunidad. Según su testimonio, hay personal contratado que no cumple funciones críticas, mientras faltan médicos y profesionales esenciales.
También se señaló la responsabilidad de autoridades del Servicio de Salud, incluyendo al subdirector administrativo y otros funcionarios, quienes serían responsables de mantener el sistema en condiciones inadecuadas y de no implementar soluciones efectivas para la crisis de ambulancias y vehículos.
Contraste con gastos de autoridades regionales
La situación del hospital también evidencia un contraste con el gasto de recursos por parte de autoridades regionales. Eloy criticó que mientras el hospital carece de ambulancias y fondos, siete consejeros regionales realizaron viajes al extranjero, presuntamente innecesarios, gastando en pasajes, estadías y viáticos sumas que podrían haberse destinado a resolver problemas urgentes en la institución de salud.
Impacto en el personal y en la comunidad
La crisis afecta no solo a los pacientes, sino también a los funcionarios del SAMU y otros equipos médicos, quienes se enfrentan diariamente a la precariedad de recursos y la falta de respaldo institucional. La sensación de impotencia es generalizada, según Eloy, y el personal teme que ante un accidente grave no se pueda prestar atención inmediata.
El dirigente también alertó sobre la falta de planificación: muchas ambulancias permanecen estacionadas sin uso, mientras que los consultorios y otros hospitales dependen de vehículos que no siempre están disponibles. Esto genera una doble precariedad, donde la comunidad sufre la falta de atención y los recursos existentes se desperdician por mala gestión.
Conclusión
La situación denunciada por Roberto Eloy evidencia una crisis estructural en infraestructura, financiamiento y gestión administrativa en el Hospital Regional de Iquique. La falta de ambulancias, el mantenimiento deficiente, el déficit financiero recurrente y las contrataciones mal planificadas ponen en riesgo la vida de pacientes y dificultan la labor del personal sanitario.
Existen llamados urgentes a que las autoridades de salud y el Gobierno Regional intervengan, tomen medidas concretas para garantizar la disponibilidad de ambulancias, mejoren el mantenimiento de los vehículos, fortalezcan la gestión financiera y aseguren que los recursos del hospital se utilicen de manera eficiente y transparente, priorizando la seguridad y el bienestar de la comunidad.