Por Rodrigo Egaña Baraona, Director de Educación Pública
Este 24 de noviembre marca el séptimo aniversario de la promulgación de la Ley N° 21.040, que dio vida a la Nueva Educación Pública (NEP). Esta legislación histórica transformó el sistema educativo chileno al establecer una gestión descentralizada enfocada en garantizar calidad, equidad e inclusión en la educación pública. Durante estos años, la NEP se ha consolidado como una política de Estado, trascendiendo administraciones y reforzando la visión de un sistema estatal especializado en educación, desvinculado de las capacidades individuales de los municipios.
En 2023, iniciamos el “segundo tiempo” de la NEP, un período clave que se extenderá hasta 2030, con el propósito de consolidar un sistema educativo integrado y cohesionado. Este nuevo enfoque resalta el papel central de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP), junto con docentes, asistentes de la educación y equipos directivos, para garantizar que cada jardín, escuela y liceo bajo esta administración sea un espacio de aprendizaje significativo.
Logros y desafíos del camino recorrido
Los primeros años de la NEP han evidenciado avances importantes, como mejoras en los resultados del SIMCE y mayores niveles de inversión en infraestructura educativa. Sin embargo, desafíos como los enfrentados en la región de Atacama subrayan la necesidad de un esfuerzo continuo por superar las brechas existentes.
El compromiso actual se centra en recuperar la confianza de las familias en la educación pública, mediante la entrega de resultados concretos: entornos educativos seguros, docentes altamente capacitados, instalaciones modernas y comunidades escolares activas. Regiones donde ya operan los SLEP han mostrado experiencias exitosas que reflejan el impacto positivo de este modelo, consolidando un sistema que prioriza la equidad y la excelencia educativa.
Hacia un 2030 de equidad y excelencia
La visión de la NEP para 2030 es clara: contar con 70 SLEP plenamente operativos que garanticen una educación pública inclusiva, de calidad y equitativa en todo el país. Casos emblemáticos como el SLEP Gabriela Mistral, que desde 2020 ha invertido más de $13 mil millones en infraestructura en La Granja, San Joaquín y Macul; o el SLEP Punilla Cordillera, que involucró a 12 mil personas en la elección de su consejo local, destacan como ejemplos de compromiso con el desarrollo educativo.
Este segundo tiempo de la NEP busca asegurar aprendizajes fundamentales, como la lectura fluida en segundo básico, el dominio de un segundo idioma al egresar y competencias tecnológicas esenciales. Además, promueve trayectorias educativas que permitan a cada estudiante alcanzar sus metas, sin importar su origen.
Un llamado a la acción conjunta
El fortalecimiento de la educación pública requiere el compromiso activo de todos: docentes, familias, comunidades y autoridades. El segundo tiempo de la NEP es una invitación a renovar ese compromiso, asegurando que cada decisión y acción contribuya a construir un sistema educativo digno del siglo XXI.
Nuestra meta no solo es garantizar calidad educativa, sino también transformar la educación pública en un motivo de orgullo nacional, un espacio donde cada estudiante pueda desarrollar plenamente sus talentos y aspiraciones. Este es el desafío, y juntos trabajaremos para hacerlo realidad.