En julio de 2024, la Universidad Arturo Prat (UNAP) celebró la inauguración de la segunda fase del proyecto LabAncestral (Laboratorios Naturales, Rescate de Prácticas Ancestrales), destinado a impulsar el desarrollo agroalimentario sustentable y sostenible a través de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación. La ceremonia tuvo lugar en el Aula Magna «Elena Caffarena» de la institución y contó con la participación destacada de académicos, investigadores y miembros de la comunidad local. Este proyecto recibe financiamiento y apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).
El Dr. Jorge Olave Vera enfatizó la importancia de esta nueva etapa, destacando su objetivo de fortalecer la colaboración entre las comunidades locales y la academia. Según explicó, esta fase se centrará en tres áreas clave identificadas tras un exhaustivo diagnóstico: Agricultura del Desierto, Tecnología y Educación. Se implementarán módulos educativos en colegios de las cinco comunas de la provincia del Tamarugal, y se trabajará en la internacionalización del proyecto, comenzando con un seminario internacional este año y aspirando a formar una red internacional el próximo año.
Un momento destacado del evento fue la charla magistral titulada «Ganadería Camélida y Ecosistemas Altoandinos», impartida por el académico Diego Aranibar. En su presentación, Aranibar destacó la importancia de la ganadería camélida, especialmente la cría de llamas y alpacas, en la preservación de la biodiversidad y la sostenibilidad de los ecosistemas altoandinos. Subrayó que esta práctica ancestral no solo es crucial para las comunidades andinas en términos económicos, sino que también contribuye significativamente a la conservación del suelo y a la mitigación del cambio climático.
En su nueva fase, el proyecto LabAncestral continuará enfocado en la investigación y desarrollo de prácticas agroalimentarias que respeten y promuevan los conocimientos ancestrales. Con el respaldo de ANID, se espera que los resultados de estas investigaciones tengan un impacto positivo a nivel local y regional, y puedan servir como modelo replicable en otras partes de Chile y del mundo.
Ximena Ibarra Mendoza, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNAP, quien estuvo presente en la inauguración, resaltó la relevancia y el valor del proyecto, especialmente por su capacidad para fomentar la asociatividad con otras facultades y disciplinas, lo cual enriquece significativamente la participación y el apoyo a iniciativas locales y, particularmente, a los pueblos originarios.
Dilan Rivera, estudiante de tercer año de Química y Farmacia, compartió su impresión sobre el evento: «Es inspirador darse cuenta de que podemos lograr mucho más cuando colaboramos en lugar de trabajar por separado. En nuestra carrera tenemos ramos relacionados con los pueblos originarios, pero descubrir cómo la investigación de la UNAP va más allá de lo imaginado es realmente impresionante».